lunes, 12 de julio de 2010

Superficies rugosas

Me he quedado sin palabras. La tesis no sale, ni cualquier otra cosa que tenga que ver con escribir. Tengo una bola de sensaciones atoradas en la punta de la lengua. Bonitas, raras, nuevas, emocionantes, sosas y conocidas. Pero -sobretodo- rugosas, tanto que no fluyen. Esta tarde en mi frustración me puse a humear entre los libros de mi mamá y, como siempre me sucede, encontré la opción justa. Claudia Berrueto con su Polvo doméstico.

Casa

Aquí me machuco los dedos, parto velozmente la carne, cuelgo la ropa en cuerdas de alta tensión, abro las ventanas y las cosas perdidas vienen a mi encuentro.

Aquí aprendí a alterarme las pestañas con una cuchara vieja para cargarlas de nylon frente a los espejos, a esconderme bajo los sillones para evitar palizas. Aquí cambié de nombre, comí pastel con restos de números de cera y tendí mi brazo para inyectarme curas temporales; aprendí a bailar y a recibir parientes embalsamados por manos extrañas, aquí abracé a mis abuelos y lloré hasta el desmayo.

Aquí duermo con la imagen de un mar que me cubre.
Aquí nombro cosas que la muerte no entiende.

Aquí canto en mí.

2 comentarios:

s. s. dijo...

sal, por la puerta, por la ventana, sal. eso es lo que tu haces y te gusta, sal de ahí y ponte a escribir, no te hagas, esa tesis ya casi está.

= )

Eugenita dijo...

=D